
Y TÚ. ¿DONDE DESEAS SER RECONOCIDO?
El escritor Carlos Fuentes murió un mexicano excepcional y universal. Uno de los más grandes de nuestro tiempo RECONOCIDO MUNDIALMENTE por sus obras literarias
En la nueva sede del recinto del Senado se buscará inscribir en letras de oro el nombre del escritor Carlos Fuentes
Fue reconocido entre otros con el Premio Rómulgo Gallegos, el Premio Príncipe de Asturias en 1994, y el Premio Cervantes en 1987. Recibiendo muchos mas reconocimientos por sus talentos y logros; su carrera deja impacto y reconocimiento en nuestros tiempos pero ahora él ya no esta, sus obras se inmortalizan, pero él no. Dice la biblia en el libro del apocalipsis:
20.12-15
Y vi a los muertos, grandes y pequeños,
De pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue
Abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los
Muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según
Sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la
Muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos;
Y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y
El Hades fueron lanzados al lago de fuego. Ésta es la muerte
Segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida
Fue lanzado al lago de fuego.
Muchos se preocupan en ocupar un lugar en la sociedad y se olvidan que después de la muerte pueden ocupar un lugar que ellos no desearan, por haberse mal ocupado , su alma creada es inmortal, el cuerpo físico vuelve a la tierra y el espíritu vuelve a Dios que lo creó.
¿Tu desearías ser recordado en la tierra y desconocido en el cielo o Desearías ser reconocido en el cielo en el gran libro de la vida? y que tu nombre se halle escrito no con letras de oro sino con las letras escritas con la sangre del cordero, de Jesucristo que dio su vida por tus pecados en la cruz del calvario. Acepta a Jesús como tu salvador personal y Él te dará la vida eterna…
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado
a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se
pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea
salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no
cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre
del unigénito Hijo de Dios. Y ésta es la condenación: que la
luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas
que la luz, porque sus obras eran malas. Juan 3.16-19
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