Nuestra Hermana entonces se regresa a Guerrero, y más tarde se entera que el andamio donde los artistas pintaban el muro, se cayó. De esta manera, el Señor la libró de un accidente que le pudo causar la muerte.
"El Señor te guardará de todo mal; Él guardará tu alma" (Sal.121:7). ¡Aleluya!
Hace algunas horas, en nuestro regreso a la Ciudad de Puebla, veníamos por la autopista Arco Norte, y me pasé al carril derecho para dejar pasar a una camioneta blanca, la cual venía casi a la misma velocidad que nosotros, y justo en ese instante, pasa a salir intempestivamente un perro, y hace que frene casi abruptamente; éste pone en su hocico al pájaro muerto que estaba en medio de la autopista, y sale rápidamente de ella. ¿Qué debí haber hecho? ¿Decirle al perro hasta de lo que "se iba a morir"? ¿Haber renegado por haber sido gentil al darle el paso a la camioneta? Nada de eso; simplemente darle gracias a Dios por todas las cosas, y permanecer apacibles por las hermosas bendiciones derramadas por Su Espíritu el día de hoy por la mañana.
Seguimos avanzando, y más adelante vemos que un trailer acababa de accidentarse, y su doble remolque, atravesaba los dos carriles del lado en que veníamos, impidiendo en ese momento el paso al tráfico, y la camioneta blanca: accidentada y ubicada en el pasto que separa los carriles de ida y venida.
Sólo un camión iba enfrente de nosotros, el cual disminuye su velocidad al igual que nosotros, y se empieza a formar la cola de autos, camiones y trailers.
¡El Todopoderoso nos había librado de un accidente! ¡Gloria a Su Nombre!
¡Dios es Bueno y Su Misericordia es para siempre! ¡Aleluya!
El ladrón que le robó sus maletas a nuestra hermana y que hizo que perdiera su vuelo, y el perro que se atraviesa en una autopista son simples medios que usó el Señor para salvaguardar a sus hijos. ¿No ha reflexionado que el que no le hayan concedido un permiso en su trabajo para faltar o no se le haya permitido ir a una señorita a una "pijamada", fueron medios que le salvaron la vida?
El Señor en Su Soberanía nos permite en ocasiones conocer lo que nos hubiese ocurrido pero en muchas ocasiones no lo hace, y NO discernimos que nos ha librado de accidentes, peligros y hasta de la muerte.
Y muchos creyentes en lugar de agradecer por todo aquello que aparentemente no sale bien, se queja, busca culpables y abre la puerta al adversario.
Tengo la firme convicción de que el Señor cada día, nos libra de peligros y de todo tipo de mal, y en la mayoría de las ocasiones, el creyente no se da cuenta.
Así que no deje de agradecer a nuestro Guardador cada día por su abundante misericordia, bondad y gracia que derrama sobre cada uno de nosotros.
¡Gracias mi Señor!
¡Tú guardas nuestra salida y entrada desde ahora y para siempre!